viernes, 29 de febrero de 2008

Club de márqueting

La mañana de ayer se presentaba de lo más tranquila: ningún acto que cubrir, ninguna ecuesta que hacer y nada de ruedas de prensa.



A las 10 de la mañana me había ido a una pequeña excursión involuntaria por culpa de una inepta trabajadora de una ETT, que me había dado mal las señas del sitio donde iba a tener una charla informativa sobre mi nuevo posible puesto de trabajo.



Después de vagar durante media hora cargando la maleta del gimnasio con la toalla y ropa mojadas, encontré el lugar. Al entrar en la sala, cómo no, ya sólo quedaban sitios en la primera fila. Eran las 10.30 y yo tenía que marcharme a las 11.00. No obstante, apuré un poco más, por lo de quedar bien y a las 11.10 salí de allí. Iba hacia la moto y de repente un hermoso abrigo verde botella Oki Coki al 50% de descuento apareció en un escáparate obligándome a entrar a la tienda.



Dentro, la verdad sólo quedaban los habituales de un remate: tallas enormes y las piezas que quedan fatal.

Nota: cuando veas que en el colgador quedan muchos ejemplares de una prenda en el remate final, mejor ni te la pruebes, por muy barata que sea, a no ser que te quieras deprimir.



Pensé que no había pasado tanto tiempo dentro de aquél establecimiento. Obviamente estaba equivocada, de repente eran casi las 12.00.



Cogí la moto y conduje todo lo rápido que pude de 50 en 50 metros por el atasco que había en el centro. Cuando llegué a la redacción respiré pues pensé que era el único ajetreo que viviría durante todo el día. Obviamente, también me equivocaba.



De repente, me vi con un tarjetón en la mano con una invitación a un "almuerzo" de un club autoproclamado "de márketing". Así a primera vista parecía ser algo más bien cero interesante y que tendía al grupo de cosas "coñazo". Al final resultó ser mucho peor.



No sé por qué las esferas ejecutivas y empresariales se empeñan en organizar ese tipo de eventos. Además, no entiendo por qué llaman a almuerzo a una comida de tres platos que se hace a las 15.00.



El acto consistió en una charla de tres ponentes de dos horas de duración. A mí me sentaron a una mesa con los siguientes comensales anónimos:

-Una treintañera moderna de pueblo, un putero binguero también treintañero, dos comerciales, una de esas ciencuentonas solteras viajeras con un novio italiano cantante, su prima y una empleada de banca cuya idea de viaje de aventura es ir de crucero.



Me sigue sorprendiendo que la gente no sea consciente de que si fumas y pasas mucho tiempo sin ingerir nada tu aliento puede desprender un hedor del todo insoportoble. Cuán hediendo era, que estuve tentada de decirle al amigo que por favor no hablase, que ni respirase por la boca porque me iba a dar un desmayo. Así que opté por abanicar mis fosas nasales.



La charla seguía y a mí cada vez me entraba más sueño. Sólo deseaba que trajeran la comida para que el maloliente se metiese algo en la boca.



La pesadilla duró hasta las 17.00. Pero la comida salvó el día. Comí tanto, que pensaba que los botones de mi pichi iban a salir volando tirando la orquesta de copas multiformes que brillaban sobre el mantel impoluto. Pero no sucedió y tuve que segui escuchando una aburrida conferencia sobre marqueting, campañas, objetivos, números y porcentajes que no tenían absolutamente ningún sentido para mí.

martes, 26 de febrero de 2008

Infojobs

Dado el próximo despido del que voy a ser víctima (bueno, que se me acaba la cutrebeca en breves) he comenzado mi periplo en materia de buscar trabajo.

Como paso el 90% de mi día en la redacción navegando por la red (el 75% de mi día, el resto son mis idas y venidas al baño o la inserción de breves en la maqueta, a veces) la única opción que me queda es apuntarme a Infojobs: el super portal de trabajo. Así que la semana pasada, en un arranque de quiero-dejar-mi-cutre-beca-como-sea-ya, hice la primera incursión en el universo Virtual ETT.

Entras en la página y cometes el craso error de clicar sobre "alta usuario".

Empiezas a rellenar los datos para crear un currículo. Así que ahí estaba yo, toda decidida a llenar todos los campos con convicción e ilusión con la esperanza de encontrar LA OFERTA LABORAL. Primero van los datos personales. Después los académicos. Después laborales. Y tras haber elaborado una lista con las habilidades (hay algunas tan bizarras como la de experiencia en Origami) con sus respectivos niveles (básico, medio, etc.) y el tiempo de experiencia de cada una(sorprendentemente no te dejan poner en ninguno menos de un año), --hasta aquí ya has invertido un par de horas de tu tiempo y no exagero-- ahora tienes que guardar y... ERROR!!

Se han borrado todos los campos!! A estas alturas estaba tan decidida a que tenía que acabar el CV, que comencé de nuevo desde el paso 1.

Pero es que volvió a sucederme dos veces más --habían pasado cuatro horas!!--. Noté como el ojo comenzaba un nervioso y creciente tic, y me entraron unas ganas casi insuperables de fumar, pese a haberlo dejado hace cuatro meses. Y en lugar de dejar que mi piel se tornase verde que mis poderosos músculos (je, je) comenzasen a inflarse al estilo Hulk y lanzar la superpantalla de tubo del año 1995 a través de la cristalera que nos separa de director del diario, tomé aire y salí a dar un paseo. (Sí, soy tan prescindible que si voy a dar un pequeño paseo nadie me echa en falta). Menos mal que mi trabajo queda cerca del centro y que tengo un Zara a unos 300 metros. Y es que el Sr. Amancio sabe como hacer feliz a una chica.

Así, decidí volver a la carga por la tarde. La Internet (yo opto por la versión femenina) se apiadó de mí y me dejó ejecutar mi voluntad: ser un candidato de Infojobs (sí, así nos llaman).

Estaba tan harta de mi actual trabajo que bajé el listón de manera escandalósamente rápida. Y de pronto me ví inscribiéndome para puestos como "dependienta de H&M" o "responsable de tienda de Pull&Bear". En el último caso, creo que aún conseguiría llevar dinero a casa. Pero así como apareció el mensaje de "Te has inscrito correctamente en la oferta" pensé que era una muy mala idea. Por un momento me imaginé poder cumplir casi a diario mi deseo: ser la primera en ver lo nuevo (aunque en varias ocasiones haya esperado a que abriesen la tienda de la tienda, no es lo mismo que ser una de ellos) y, además, tener toda la superficie vacía, sin clientas. Sólo de pensarlo me entra esa ansiedad que únicamente se sacia con chocolate.

Pero cuál fue mi sorpresa cuando pasados un par de días, entro en el apartado "tus candidaturas" donde puedes ver si eres un preseleccionado y veo, en letras muy rojas, de esas que hacen daño: "Descartado".

Casualmente estaba seleccionada para esos trabajos que eliges solo para pasar el rato. Eran ofertas tipo: charcutera (¡qué hermosa palabra!) o recepcionista de gimnasio. Y pensé en los botines negros de segundas rebajas que ví el otro día junto a Zara.

lunes, 25 de febrero de 2008

¿La faja?

25 de febrero. Me quedan, aproximadamente, 95 días para que comence el periodo estival de playa. Ergo, tengo 2280 horas para conseguir que las partes fáccidas de mi cuerpo dejen de serlo. O lo que es lo mismo: hacer que toda esa grasa que vibra cuando voy en moto deje de hacerlo.

Sé que jamás conseguiré un cuerpo de escándalo (es más fácil que consiga uno escandaloso) pero al menos quiero que las tiras de mis bikinis no se me claven en las caderas.

Otras pretemporadas estivales había comenzado la Operación B ayudándome de algún tipo de crema, parche o bebida. Este año, sin embargo, con mi sueldazo recae todo el esfuerzo en mí y en mi monitor/a de spinning. Y en mi faja Vulkan (la que tengo desde hace cuatro años, y cuya eficacia jamás he podido constatar, pero que sigo usando, por si acaso).

Lo malo ya no es el bikini. Como a partir del años pasado ya no voy a playas cool sino que los días de playa los paso en el reino de las familias con niños pequeños, el nivel de exigencia es bastante menor.

Lo peor es la zona de los cuádriceps, lorzas costales y axilas. Porque no hay peor combinación que shorts en esas partes sumado a un invierno de sedentarismo y dulces. Por no hablar de los maravillosos vestidos largos de corte imperio de Mango que tan mal quedan si tienes mollas en los pectorales y junto a las paletillas. Y lo de la faja en verano no acabo de verlo muy claro.

Hoy, lunes 25, a Hennes and Mauritz pongo por testigos que conseguiré calzarme la 36 de su magnífica colección setendera de verano!!!

PS: Gracias por los talles altos!!!

viernes, 22 de febrero de 2008

Cocinas y baños

El pasado fin de semana lo dediqué enteramente a hacer mis primeras incursiones en El Maravilloso Mundo de los Baños y las Cocinas. Mi madre está decidida a reformar el baño y la cocina del piso donde habito. Así que yo, me siento como una integrante esos matrimonios jóvenes que ni tan siquiera antes de haber convivido juntos una pequeña temporada se embarcan en la Gran Aventura de elegir Materiales para una Reforma.

Cuando pensaba en una cocina moderna, mi imaginario y bagage configuraban una imagen de cocinas muy distinta de lo que se me venía encima. Yo pensé en una vitrocerámica (señal de modernidad) y en un lavavajillas (señal de progreso). Y ya está. A lo sumo, algún color animado al estilo cocina Arguiñano.

Entré con mi madre y Christian (una víctima colateral) en una casa de reformas que era muy pequeña. Nos sentamos allí y una mujer de lo más agradable empezó a soltar palabras por la boca que jamás yo había oído.

-¿Queréis granito, compaq o silestone?
-¿Las puertas laminadas, de madera, polilaminadas o lacadas?
-¿Y la textura? ¿Mate, brillo, imitación madera, con ribetes o lisas?
-¿Y las baldosas, ¿cómo las vais a poner?, ¿y la pared?, ¿alicatada?, ¿revestida igual que la encimera?, ¿pintada?
Arrrggghh!!! Hubo un momento en que mi cerebro comenzó a colgarse y decidí pulsar el botón de sí a todo y dejar el procesamiento de la información a mi madre un poco más docta en el Universo Cocinas que yo.
De todos modos aún quedaba lo más complicado: los materiales.

Mañana del sábado. 12.00. Megacomplejo de Pordelanosa. De la Preysler ni rastro. Allí sólo había un tipo de esos que lleva traje en horario comercial pero que es un poco basto.

Comercial: ¿Y cómo queréis los suelos y las paredes?

Yo: el suelo oscuro y la pared blanco mate

C: ¿cenefas?

y: no

c: ¿vetas?

y: no

c: ¿nada?

y: nada

Pero no se quedó contento. Baldosa, parqué, granito, y así hasta lo que a mí se me antojaba una suerte de lista interminable. Pero además a la elección de los materiales también había que elegir el color de algo que se llama lechada. Que es eso que sale de las juntas de las baldosas.

Si fuera por mí dejaba todo como está. Pese a que en mi cocina no hay 5 cajones sino 4, porque uno de ellos, me dispuse a abrirlo y cerrarlo. El primer paso funcionó, el segundo no. Así que directamente se fue a la basura.

Mi cocina está llena de armarios superiores y con mi metro 63, me es imposible acceder a las partes altas, donde se acumulan los sobres de sopa instantánea y ese tipo de guarradas que solo buscas cuando estás a fin de mes. O como ahora, a 52 de enero.

lunes, 18 de febrero de 2008

La unidad de quemados

Tengo un mejor amigo que se llama Alejandro. Álex, para sus amigos. Tiene, desde luego, una personalidad singular, y entre sus muchísimas cualidades se encuentra la de hacerte menos desgraciada sin tan siquiera proponérselo. Debo decir, no obstante, que cuando se lo propone también le sale muy bien.

Mi actual situación personal y laboral hace unos meses que dejó mucho que desear, más bien, se la deseo a muy poca gente. Y hoy, me he dado cuenta de estaba totalmente equivocada. Todo gracias a mi amigo Álex.

Álex es la mejor persona que he conocido. Sin exagerar. Es capaz de recorrer 350 kilómetros para dar un abrazo a un amigo. Pero Álex también es la persona más torpe que creo, jamás conoceré a lo largo de mi vida. (Y eso que tuvimos una señora que limpiaba en casa, a la que mi hermano apodó Sra. Manosdepalo y con mucha razón).

Es de esas personas que se va de una gasolinera sin repostar pese a haber pagado la gasolina. Y sí, hay más personas así.

Pero además las desgracias no le ocurren únicamente por culpa suya, no. Además, cuando el mundo decide confabularse contra él, lo hace de verdad. Ayer, al parecer, su televisor y minicadena, en un acto suicida, decidieron autoinmolarse formando una hoguera en su salón que terminó con los aparatos chamuscados y una gran mancha ascendente y negruzca en la pared.

El seguro le ha dicho que tiene que pasar una semana fuera de casa debido a las tareas de rehabilitación de su salón y, en un acto de deferencia, le conceden tres noches de hotel. Qué suerte la suya, ¿verdad?

A todo esto, mi amigo Álex se encuentra con un pie enyesado ya que se rompió el dedo meñique y en consecuencia le echaron del trabajo puesto que no tenía contrato y, por ende, baja laboral.

jueves, 7 de febrero de 2008

That's english


Tengo que escribir esto antes de que se me olvide:

Esta mañana disponía de un poco de tiempo, y he decidido acercarme a mirar (lo prometo, únicamente a mirar) cómo andaban las rebajas. Cuál ha sido mi sospresa al darme cuenta de que las segundas rebajas habían dado paso al temido REMATE FINAL. Qué tragedia. A pesar de saber que me estaba metiendo en la boca del lobo, he entrado en una de esas tiendas en las que el remate total se encuentra al fondo del establecimiento (si no en la planta baja) y para llegar hasta él has de atravesar la peligrosa zona de la "NEW COLLECTION". ¡Craso error! A pesar de la óptima situación económica que auguraba mi horóscopo (ver dos entradas más abajo de mi blog) y de que me decía que lo único que me tenía que preocupar este mes era saber disfrutar de mi dinero, he decidido no adquirir nada (aunque me han tentado mucho unos pendientes).

Estaba yo debatiéndome entre adquirirlos o no, cuando una pareja de mujeres de mediana edad (el calificativo más anodino aplicable a mujer) se han acercado a mí y me han exhortado a salir de mis cavilaciones y a prestarles atención.
Mujer 1: Perdona, ¿tú sabes inglés?"
Yo: uuhhh...si...
Mujer 1: Me puedes decir qué pone en esta camiseta?
Yo: We are friends que significa somos amigos.
Mujer 2: ¡Ay! ¡Menos mal! !Gracias! Es que la última vez que le compré una camiseta a mi hija, que tiene 12 años, la prenda decía Toma mi cuerpo.

¡¡¡bravissimo!!!

Contrastando noticias

Hace un par de días estaba yo viendo el programa de la Sexta Sé lo que hicisteis... y apareció en uno de los fragmentos José María García --para los iletrados, un famoso y polémico periodista que, aunque un tanto en las sombras en la actualidad, dió bastante guerra durante los 90--. En las imágenes estaba Supergarcía en una entrevista que concedió a un programa --La Noria-- de los sábados noche conducido por Jordi González (que rompió todo el encanto de Vitamina N de BTV al hacer TNT de Telencinco donde intentó aplicar el mismo formato hasta monsterizarlo por completo).

En fin, el tal José María García dijo algo que me llamó mucho la atención. Estaba hablando del "periodismo" (con comillas) que se viene haciendo en los últimos años. Este pseudoperiodismo nace con la prensa del corazón tal y como se entiende en la actualidad. Para ser pseudoperiodista no hace falta conocer las preglas del periodismo, porque como corriente informativa tiene sus propias normas "adeontológicas", "amorales" y por qué no anormales. Por ello, con mucha razón García aplicó un lema que define el pseudoperiodismo: "no dejes que la realidad te estropee una buena información".

Y tenía razón. Éste fue el titular que apareció en el diario donde soy explotada:

Una mujer se pega fuego a lo bonzo

Al día siguiente los datos del suceso eran los siguientes:
Una mujer se pegó fuego al abrir el bote de disolvente con el que pretendía "colocarse". Los gases del bote prendieron fuego cuando ésta fue a encenderse un cigarrillo.

Pero desde luego pegarse fuego a lo bonzo es más interesante que ser una yonkie que se ha pegado fuego accidentalmente.

Pero lo mejor viene ahora. Atención a esta frase:

"Algunas tardes se ven personas por la zona de la calle Illueca que vienen a inhalar disolvente", comentó una vecina de San José.

Esta frase, publicada en el segundo diario de más tirada de la zona, sale de una conversación que tuve con mi hermano. Él me contó que por esa zona suele andar un grupillo de gente que esnifa disolvente. ¿Periodismo de investigación? ¿Periodismo de campo?
No.
Es periodismo de redacción: no muevo el culo del asiento y hago todas las gestiones por teléfono. Y las que no, me las invento.

Sublime (como diría Barney).

miércoles, 6 de febrero de 2008

¿Quién hace los horóscopos?

Ayer mientras estaba en el baño --aunque fina una también tiene sus necesidades-- me dediqué a hojear (con H) mi resvista Glamour del mes de febrero a la que apenas le había prestado atención desde que me la compró mimadre. Después de sentirme un tanto desgraciada, pues las tendencias que vienen poco tienen que ver con mi fondo de armario, decidí mirar los horóscopos a ver si me animaba un poco la mañana.

Y bajo el signo capricornio se leía lo siguiente:
"...estás en una etapa económica ÓPTIMA; es hora de disfrutar de tu dinero".

Es curioso porque apenas 24 horas antes había anulado mi cita con el dentista para ahorrar 40 euros en un empaste. Y cuatro horas antes la máquina que permite el acceso a las instalaciones de mi gimnasio había dado el siguiente mensaje: "ACCESO DENEGADO: PAGOS PENDIENTES".

La RAE dice:
(Del sup. de bueno; lat. optĭmus).
Óptimo: (adj.) sumamente bueno, que no puede ser mejor.

Desde luego ninguna de las acepciones se ajusta a mi situación económica.

Ya sabía que en las redacciones de las publicaciones no tienen siempre a profesionales (y menos en los horóscopos) y casi siempre es un becario el que se come los marrones (lo sé de muy buena tinta) pero vaya, si estás escribiendo en una revista para shopohólicas, NO puedes pretender que en febrero, despúes de las Navidades y con las rebajas dando sus últimos coletazos, NADIE tenga una situación económicamente óptima.

¡Y menos si eres becaria!

lunes, 4 de febrero de 2008

Ya no quedan... asientos


Lunes.
Misión: asistir a una rueda de prensa en el centro comercial de Cierzocity sin acceder a comercio alguno.

Esta mañana me he levantado con una nube sobre mis cejas. Todas las imágenes se sucedían ante mis ojos al ralentí y mi cabeza no funcionaba con mucha más celeridad. En estas circunstancias tenía yo que acudir a cubrir una rueda de prensa sobre la evaluación de algún plan socio-guberbamental, de esos que hacen las fudaciones con los bancos y mediante los cuales todas las partes salen beneficiadas.

Bajo estas circunstancias físicas lo mejor hubiera sido quedarme en casa, porque después de 28 años, la experiencia me ha demostrado que si algo puede ir mal, irá peor.

Al abrir la puerta de casa y salir al rellano del ascensor, me he dado cuenta de que la basura acumulada allí ya no iba a ser retirada por algún personaje fantástico tipo Zarramplín (ellos eran los que meaban mi cama cuando tenía 6 años. De verdad.) Así que con cada uno de los dedos he cogido una bolsa y me he dirijido a los contenedores para poder separar mis desechos según material.

(quiero aprovechar esta línea para decirles a aquellas personas que no vacían las botellas, antes de proceder a su retirada en el container verde, que lo hagan porque si no puede acontecer lo que seguidamente describo:)

He cogido la bolsa donde iban las botellas y un espeso fluido compuesto por cerveza de tres semanas, vino barato y otro de 4 euros, ha comenzado a escaparse por una abertura de la bolsita y ha ido a parar a mis pantalones y zapatillas de tela absorvente y conservadora del aroma.

Y mi día sólo había hecho que empezar.

Cuando he llegado al lugar en cuestión, donde iba a ser la rueda de prensa, me he dado cuenta de que me había olvidado en el otro bolso todo aquello que un periodista necesita para ir a una rueda de prensa.

Y en el mismo momento en que comenzaba a ser consiente de todo eso, yo intentaba aparcar mi moto, y el cartelito de "camisetas 3 euros" en el escaparate de Benetton ha aparecido de entre las tinieblas. Así mi embobamiento ha terminado abruptamente pues intentaba apoyar mi moto sobre un agujero de la calzada por lo que mi vehículo se ha precipitado sobre un Renault Clio que había aparcado. A pesar de mis intentos por evitar la caída, la moto descendía lentamente arrastrándome a mí sin remedio hacia ella. Creo que he pasado un buen rato intentando, sin éxito, reposicionarla.

A continuación he levantado la vista y me he dado cuenta de que tenía unos cuantos espectadores. Uno de ellos, un abuelete con una boina de esas de abuelo con las manitas entreruzadas por la espalda a la altura del culo (típica postura de los jubilados observando las obras en las ciudades). Otro de ellos pasaba frente a mí con expresión de: "no va a poder levantarla". Y le he exhortado a ayudarme con una mirada de "ya te vale, gentleman".

Mi padre tenía un número muy limitado de chistes, la mayoría adapatbles a escenas cotidianas:
"Una señora muy mayor se sube a un autobús lleno. La mujer mira a su alrededor y, al ver que no quedan asientos libres dice al aire y con tono resignado al ver que nadie le cede el suyo:
-¡Ai! Es que ya no quedan caballeros como los de antes.
-Señora, caballeros sí que hay. Lo que no quedan son asientos"

Pues eso.

viernes, 1 de febrero de 2008

Un largo camino

Hoy aparecía en el diario Público una sorprendente noticia:

Tres días de baja por ruptura amorosa
Una empresa japonesa concede a su plantilla, compuesta únicamente por mujeres, días de baja para recuperarse de sus rupturas amorosas. Además la cantidad de días libres aumentan proporcionalmente a la edad de la abandonada bajo el lema "a las mujeres jóvenes les cuesta menos volver a encontrar pareja y, por ende, se recuperan antes".

Si ya con esta información me ha dado por pensar en derechos laborales, con el elemento secundario me he dado cuenta de que nos queda un larguísimo camino en este nuestro país del bombo y la pandereta para poder llegar a soñar algún día con que los trabajadores sientan y ejerzan efectivamente sus derechos y no sólo lo que ponen en los papeles.

"Además Hime & Company también concede dos mañanas libres en dos épocas del año a los integrantes de su plantilla para que puedan ir a las rebajas".

Yo me quito el sombrero.