miércoles, 16 de abril de 2008

Assesment. Part B.

Así que ahí estábamos. Siete candidatos --dos hombres y cinco mujeres--. Uno de ellos osó aparecer en vaqueros. Era uno de esos tipos más bien callados, que observan antes de actuar, pero que cuando actúan te hacen preguntarte qué haces allí, toda mona, a las nueve de la mañana donde Jesuschrist perdió la albarca.

De las otras cuatro mujeres, una era una amiga de la infancia --con la que hacía siglos que había roto mi amistad por motivos de adolescentes--, y las otras eran un trío de profesionalidad, buena planta y un currículo inmaculado y completo.

Un par de horas después de haber empezado con aquel acto protocolario, yo quería salir corriendo. Todos hablaban en términos profesionales tales como "cuotas de mercado", "aumentos", "porcentajes", "eficiencia", etc. Y no es que no entienda lo qué son, simplemente que no se adecuan a mi lenguaje diario, básicamente porque las expresiones que yo he utilizado más a lo largo de mi vida laboral han sido: "¿con cacique o havana tres?" o "no, no tenemos brugal", donde lo más técnico eran conceptos como surtidor, barril u office. Así que como no se trataba de poner cubatas ni de hacer cafés me ví un poco perdida.

Lo más curiosos es que aun siendo todos más jóvenes que yo, doblaban mi experiencia laboral en el campo del periodismo y el márqueting.
Nota: he de decir que no entiendo por qué nos presentamos publicistas, periodistas y relaciones públicas a un mismo puesto.

Después de intentar seguir a rebufo a los demás candidatos en las sucesivas pruebas, llegó el momento de la presentación individual. Aquí yo ya llevaba como unas 17 horas sin comer, y el sueño comenzaba hacer mella en mí. Tal fue así que pensé que me daría un vaído. Pero los observadores comenzaron a plantearme preguntas que con los nervios no sabía cómo esquivar puesto que trataban sobre sindicación y empresa.

Finalmente, cuando acabamos yo sabía que no me iban a dar a mí el puesto. Así que ellos se lo pierden, porque si algún día hay que hacer mojitos, yo no estaré allí para deleitarles con mis maravillosos coktails. (Nunca se sabe, que el sector de la automoción está en declive).

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