No es por nada señores, pero digo yo que para esto no hacía falta más que alguien con un Grado Superior y breves (muy breves) nociones de inglés. Aunque fuera ingés de Valladolid, de esos del jelou y on bejalfof, porque aquí no se habla otra cosa.
Después de mucho esfuerzo, muchas noches en vela bajo el flexo memorizando datos, fechas, nombres o pajas mentales de lingüistas y escritores ebrios, conjugaciones, verbos irregulares, tipografías, aparatos como el daguerrotipo y sus aplicaciones, aquí me tenéis, copiando y pegando. Y lo peor de todo es que ya lo hago de un modo tan sistemático que me da pereza hasta poner cosas de mis cosecha, aunque sólo sean comas. Total, aquí no dejan espacio ninguno a la creatividad.
El otro día me pinté las uñas de verde en un intento por controlar mi vida de algún modo. Y lo único que he conseguido es gastarme cinco euros en un pintauñas que no se va del todo y parezco una niña de preescolar recién salida de la clase de plastilina. Así que mañana me pondré extensiones. Ya os contaré.
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