martes, 15 de abril de 2008

Finiquito

Queridos lectores:
Tras un período de oscurantismo psicológico, me he decidido a retomar este mi espacio de expresión, mi reducto para comunicar lo que me venga en gana. Así pues, esta entrada se la dedico a mi querida jefa. Bueno, ex-jefa.

Mi ex-jefa es una de esas féminas misóginas. A primera vista puede parecer una contradicción, pero voy a explicar cómo lo de mujer odia-mujeres, en su caso es algo hasta justificable.

La pobre no fue dotada con el don de la belleza, algo que de por sí no debería suponer un problema, ya que muchas lo suplimos con otro tipo de características y virtudes. No obstante, el día que repartían las dioptrías, a ella le debió pillar en el excusado, pues no solo está obligada a portar unas lentes dignas de Barragán, sino que además tiene una expresión facial de estar visitando permanentemente al Sr. Roca. Aún así, esto no debería suponer ningún problema, puesto que existen cientos de posibilidades para poder seguir reparando esos defectillos con un estilismo adecuado. No obstante, creo que aún no ha pillado eso de Zara, Mango, Massimo Dutti,... no sé... cientos de posibilidades.

En fin, es una joya de mujer. Lo peor, es que es un tipo de mujer que únicamente trata bien a aquellos que le hacen la pelota, algo a lo que todos en el trabajo acabamos sucumbiendo, o si eres hombre. Lo malo es como te inserte dentro del tercer grupo. Y en ese colectivo no sirve de nada ni que seas hombre ni que le hagas la pelota. Porque si estás ahí, lo que sucederá es que intentará minar tu moral por todos los métodos.

Y eso es lo que me sucedió a mí. Que un día me harté y decidí que dejaría mi trabajo que por 50 horas semanales me daba 580€ mensuales y muchos dolores de cabeza.

1 comentario:

Daniel Gutiérrez Abella dijo...

¡Cuánto tiempo!
Me alegro que retomes este espacio y nos informes de tus gracias y desgracias. Yo he vuelto a Bcn y, evidentemente, las estoy pasando putas para encontrar un trabajo que paguen normal y que tenga relación con la carrera.
Por cierto, sabes de sobras que NO estás en el grupo de las feas.
Un beso
Dani