martes, 22 de enero de 2008

El guapo del gimnasio


Cualquiera que haya ido por un periodo, aunque sea corto, de tiempo a un gimnasio se habrá podido dar cuenta que dentro de ese mundo paralelo el orden humano tiene una clasificación diferente a la del mundo real.

La semana pasada me decidí, después de casi cuatro meses, a interactuar con alguno de los seres que habitan en mi gimnasio. Dado que voy por libre a las clases y hago los ejercicios que, vulgarmente, me dan la gana, pensé en pedirle a un monitor que me hiciera una tabla, porque muchos días llego a mi casa con agujetas en músculos que en un principio no tenía intención de ejercitar.

El caso es que después de hacer clases de spinning cuatro veces por semana, me dice que eso es "fatal" que con "dos bastan" y que era mucho mejor para bajar volúmen hacer 10 minutos de cinta "con pendiente pronunciada". (JA! Que se lo digas a las abuelillas pase, pero es que con esos 10 minutos no quemo ni un copo de Special K de los secos)
De este modo, el "guapo" del gimnasio hizo haberme arrepentido de mi intento de socialización, y ahora, cuando salgo de la clase de spinning diaria tengo correr y pasar furtivamente a la sala de máquinas intentando que el chico del moreno anaranjado y las cejas extrañamente perfectamente delineadas y de metro cincuenta me vea y me diga que lo que hago está FATAL. Que el spinning quema solo músculo y no grasa. Ejem. Yo no tengo ni pajolera idea de fitness a tan alto nivel, pero a mí siempre me han dicho que si sudas haciendo ejercicio estás quemando calorías.

A ver si va a ser cierto lo que dicen de los chicos guapos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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